Si Cameron Smith, Joaquin Niemann, Abraham Ancer y Louis Oosthuizen no hubieran decidido unirse a LIV Golf, seguramente hubieran participado en la Décima Cuarta edición de la President’s Cup celebrada en el Quail Hollow Club en Carolina del Norte. Adicionalmente, Marc Leishman, Anirban Lahiri, Carlos Ortiz, Branden Grace y Charl Schwartzel también hubieran sido considerados como parte del equipo de Trevor Immelman, en caso de no haber tomado la misma decisión que los ya clasificados.
Sin embargo, todo cambió a pocos meses del inicio de la competencia y el capitán de los Internacionales tuvo que hacer uso de un grupo de novatos y la mayoría de los expertos aseguraban que la Copa sería arrasada por el equipo americano sin dar la mínima oportunidad al equipo internacional. “Los 12 que están aquí son los 12 que quisieron estar aquí, y estos 12 son con los que quiero pelear” señaló Immelman el martes previo al inicio de la copa, reiterando su compromiso de hacer el mejor papel posible ante la adversidad del escenario.
La opinión general era que los Internacionales no tenían la más mínima oportunidad de ganar, es más, hubo quien se aventuró a decir que la copa terminaría antes del domingo, al alcanzar los 15 puntos y medio necesarios para ganarla al finalizar la jornada del sábado.
Hace unas semanas inició la Presidents Cup con un dominio indiscutible por parte del equipo americano, tomando una ventaja de 4 puntos a 1 al final del día. No obstante la dureza del resultado del jueves, Immelman comentó “Seguiremos adelante hasta que suene la campana”.
Las selecciones hechas por Davis Love III consolidaron el trabajo del equipo de los Estados Unidos y a nadie sorprendió que terminaran la jornada con una amplísima ventaja de 8 puntos a 2. A pesar de todo, Immelman continuó optimista, “Tenemos que seguir peleando”. La competencia inició bajo la misma tónica. Los norteamericanos salieron con todo y mantenían una ventaja en los primeros cuatro partidos, sin embargo, Adam Scott y Hideki Matsuyama le dieron la vuelta a su partido al igual que K.H. Lee y Tom Kim logrando rescatar dos valiosísimos puntos y poner la competencia 10-4 a favor de los americanos a mitad de la jornada. Contagiados por el entusiasmo del nuevo y carismático líder Tom Kim, su celebración del birdie en el hoyo 18 para ganar su partido junto con Si Woo Kim sobre Xander Schauffele y Patrick Cantlay, detonó la emoción de toda la galería y despertó la pasión de todo el equipo novato.
A partir de ahí, los Internacionales decidieron creer que todo era posible y aprovecharon todos los espacios que se abrieron para terminar el día con un resultado sorprendente de 11-7.
Llegado el domingo las cosas habían cambiado totalmente.
Los Internacionales iniciaron con todo su ofensiva. La victoria ahora no parecía un sueño y con un poco de suerte el milagro podría darse. Pero el equipo americano mantuvo su fortaleza. Xander Schauffele embocó su putt para par en el hoyo 18 y todo terminó para los Internacionales. Todavía quedaban partidos por concluir, pero el umbral del los 15 puntos y medio había sido roto y no había nada más por hacer.
El resultado final, Estados Unidos 17.5 – Internacionales 12.5.
Nadie imaginó que el resultado fuera ese. Nadie daba la mínima oportunidad a los Internacionales. Nadie los tomaba en serio. El propio Immelman señaló en la conferencia de prensa al finalizar el evento, “Cuando consideras que íbamos 8-2 abajo el viernes por la noche, este equipo no es una broma”.
Tampoco nadie extrañó a los jugadores que optaron por jugar en LIV Golf.
Seguramente más de uno se sorprendió con la determinación y compromiso de los novatos y seguramente en dos años veremos a estos mismos integrantes buscar una nueva oportunidad en 2024 en el Royal Montreal Golf Club en Quebec, Canadá.
En palabras de Trevor Immelman, “Seguiremos peleando. En algún punto, vamos a ganar”.
