Recórrela a pie

No es necesario esperar al FIC o al GIFF para visitar Guanajuato y conocer sus callejones, plazas, plazoletas y recintos históricos, como los Teatros Juárez, Principal y Cervantes, que están a la espera del viajero. Al igual que sus edificios barrocos y neoclásicos, así como la Alhóndiga de Granaditas, una construcción del siglo 18. Recorre la escalinata de la Universidad de Guanajuato y el Museo Iconográfico del Quijote.

Un sitio obligado a visitar y, capturar la foto del recuerdo, es en el Callejón del Beso y escuchar de parte de un personaje local la leyenda del lugar, así como visitar la Casa-Museo de Diego Rivera y recorrer las angostas calles peatonales ubicadas en los túneles.

Para admirar la magnificencia de Guanajuato, aborda el funicular que te llevará del Centro Histórico al Mirador, a los pies del Monumento al Pípila, es un recorrido digno de ser grabado y fotografiado.

Quienes desean vivir una experiencia desde el aire, un vuelo en globo aerostático es otra opción, para observar y conocer el primer centro mundial de extracción de plata.

Si te gustan las aventuras de adrenalina, otra buena recomendación es realizar esta actividad en San Miguel de Allende, donde podrás sobrevolar la Parroquia que distingue a esta hermosa ciudad.

Te recomendamos los servicios de Volé en Globo, una empresa confiable, que garantiza la seguridad de los clientes y pide el uso de tapabocas en todo momento, para la tranquilidad de los viajeros.

Legado sensorial

Guanajuato es una ciudad precolombina que se distingue por su diversidad culinaria y esto se aprecia a través de los aromas, texturas, colores y sabores de los platillos locales que son un símbolo de historia y misticismo.

Sin embargo, en la actualidad, la cocina guanajuatense de la mano de los principales chefs ha tenido un desarrollo importante, encontrado una fusión de la comida tradicional con las adecuaciones de la alta cocina mundial, dando como resultado los platillos más auténticos y atractivos de la región.

Algunos de los restaurantes más elegantes y galardonados de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad son Casa Mercedes, Quinta Las Acacias, que se distinguen por su sabor artesanal, mientras que el Restaurante Amatxi, resalta por ser una nueva propuesta gastronómica de cocina internacional con influencia de la cocina vasca.

Bajo el axioma “Entre Aromas y Suspiros” de Luz María González —Chef fundadora— y Jesús Cárdenas —Co-propietario— de Casa Mercedes, encontraron en los ingredientes mexicanos los componentes perfectos para enaltecer a la gastronomía guanajuatense y desarrollar su propio estilo culinario bajo el concepto de alta cocina mexicana artesanal.

En Casa Mercedes se sirven platillos característicos de la comida de la región como lo son la sopa negra de elote y huitlacoche, lengua con una cocción de 48 horas al alto vacío, servida con un mole elaborado a base de nuez, guarnición de arroz blanco campirano, para resaltar sabores y acompañada con tortilla de maíz hecha a mano.

Otro imperdible es la tocineta de cerdo preparada al alto vacío y luego braseada para aportar textura: suave por dentro, crujiente por fuera y bañada con una salsa de verdolagas, tomate y chile serrano.

Definitivamente si te encuentras en esta hermosa ciudad, no podrás irte sin degustar el Chamorro Mercedes, platillo que ha convertido al sitio en acreedor de una larga serie de premios, entre ellos, “Mejor Restaurante de Guanajuato” por The New York Times y galardones por la Guía México Gastronómico por Culinaria Mexicana, S.Pellegrino/Nespresso.

Estancia placentera

Villa María Cristina es un hotel de lujo, perteneciente a la cadena Small Luxury Hotels of the World, al caminar por los corredores del recinto, es fácil identificarse con la esencia histórica de la ciudad. Se trata de un ambiente íntimo que destaca por los hermosos mosaicos españoles, lámparas y mobiliario antiguo, así como balcones desde los cuales se observa la alberca central y lindos jardines.

Con cuatro distintos estilos de habitación para pernoctar —Patio Suite, Junio Suite, Máster Suite y Villa Andrea— así como dos restaurantes, un bar y lounge, Villa María Cristina, aparte de ser una excelente opción para únicamente dormir, también es la alternativa perfecta para disfrutar de un día bajo el sol, acompañado de una alta dosis de tranquilidad.

El Spa del complejo dispone de una alberca climatizada, cuyo estilo se inspiró de la arquitectura romana; dentro del circuito húmedo también se encuentra un jacuzzi, ducha suiza, sauna y vapores.

Seis habitantes podrán disfrutar de la variada opción de tratamientos, pues el menú ofrece desde faciales, corporales y masajes relajantes de hasta 80 minutos. Al finalizar la experiencia se puede disfrutar de una taza de infusiones preparadas con hierbas orgánicas de la región, así como un menú libre de grasas, preparado por el Chef.

Villa María Cristina

Villa María Cristina