Consagrado por una geografía que seduce a los visitantes, Tepoztlán es tierra de misticismo, artesanía y energía positiva que cautiva a todo aquel que se adentra entre sus calles, para descubrir su esencia y realizar, entre muchas actividades, la más popular que es escalar el cerro del Tepozteco.
Es un sitio famoso por su oferta turística, gastronómica y artesanal; un lugar distinguido para la meditación y contemplar el cielo indefinidamente. Un escape para leer o escribir un libro, para respirar e introducirse en su esencia esotérica y descubrir curanderos que ofrecen sus poderes para contactar a seres pasados quienes les indican cómo sanar el alma por medio de temazcales, cantos y rituales con hierbas.
Fotos: cortesía Amomoxtli
Situado en el valle del río Atongo, a 15 minutos en coche del centro del pueblo, se encuentra Amomoxtli, un elegante hotel boutique de 37 habitaciones, donde predomina la vegetación y los huéspedes que se alojan buscan privacidad y convivir con el ecosistema.
Se trata de un proyecto mexicano operado por Hamak Hotels, compañía desarrolladora de proyectos y operadora de hospitalidad, con cuatro exclusivos hoteles en México dentro de su portafolio: Amomoxtli, El Santuario en Valle de Bravo, Papaya Playa Project y más de 15 proyectos en puerta.
Bajo la filosofía que caracteriza a Hamak Hotels de honrar la cultura y herencia local, pero sobre todo, cuidar y valorar a la naturaleza, llegar a Amomoxtli, se convierte en una experiencia de inmersión hacia un lugar recóndito, cuyos primeros habitantes fueron los árboles y, bien lo ilustra, una majestuosa ceiba que rebasa los 300 años de antigüedad.
Otro de los abuelos —como se conoce a los árboles de gran edad— es un frondoso laurel, cuyas raíces se encuentran expuestas y se observan desde el spa, o la buganvilia, jacaranda, fresno, flor de mayo y colorín que se ubican en el jardín principal, así como un magnífico maguey que se jima cada determinado tiempo para que reverdezca y se mantenga en el mejor estado posible.
Regeneración hedonista
Inicialmente erigida como una casa de descanso diseñada bajo la corriente del maestro del modernismo, Luis Barragán, Amomoxtli desde hace unos años se ha consolidado como el hotel boutique más exclusivo de Morelos y su nombre significa “lugar donde se hace magia entre dos ríos”.
El elegante hotel boutique aloja a huéspedes a partir de los 13 años, y brinda a cada uno de sus visitantes, una sensación de profunda conexión con el entorno, así como descanso absoluto en las cuatro categorías de habitaciones. La estadía en Amomoxtli incluye actividades que fomentan el bienestar espiritual por medio de meditaciones, clases de yoga y clases de cocina.
Sin duda la gente que visita y se hospeda en Amomoxtli tiene en común el gusto por la cultura y las tradiciones mexicanas, así como la importancia de generar un mundo más sustentable; lo cual se hace presente en la propiedad a través de celdas solares que aportan más del 50% de la energía del hotel, plantas para tratar el agua y chimeneas exteriores que funcionan con bioetanol.
Cada una de las 37 habitaciones cuenta con ornatos mexicanos, desde textiles, muebles y chinelos que cuelgan de las manijas de las puertas y son la indicación para el aseo del cuarto, hasta las amenidades de baño, que fueron exclusivamente elaboradas para Amomoxtli, productos orgánicos e hipoalergénicos, en los que destaca el olor a mirra e incienso.
Tradición y sabor
Con la intención de complementar una estadía sensorial, la propuesta gastronómica que se degusta en el recinto, corre a cargo de Mesa de Origen, un restaurante que rescata las recetas tradicionales basadas en la tierra y semillas del campo.
Se trata de una hermosa terraza de dos pisos que exhibe una vista espectacular hacia El Tepozteco y dispone de un estanque con variedad de coloridos peces y se caracteriza por ofrecer a los comensales un concepto de cocina de recolección, productos que se obtienen de acuerdo a las estaciones del año y, que principalmente, provienen de la milpa de Morelos.
Flores comestibles oriundas de la propiedad, hongos levantados de la montaña, truchas y cecina de comunidades morelenses, tortillas preparadas de modo artesanal a base de maíz blanco, amarillo, azul y rojo, son tan sólo algunas de las alternativas para ordenar a la carta para comer y cenar.
Algunas de las opciones para desayunar son las gorditas de frijol negro perfumadas con epazote, huevos de la abuela —montados en caldo de jitomate, con alubias y jitomate—; o las deliciosas enchiladas de pepián —tortilla de maíz rellena de guiso de quelites bañados en pepián elaborado en casa—. Para preparar la mayoría de los platillos, los cocineros se inclinan por un método de cocina ancestral como el tlecuil, un fogón construido con tres piedras, sobre los cuales se colocan los recipientes con los ingredientes para lograr una cocción al estilo en que lo hacían las comunidades indígenas.
Para degustar el sazón de Mesa de Origen, no es necesario el acto de estar sentado en las mesas del restaurante, también se puede degustar el menú en distintas ubicaciones del hotel, como el pool bar, la piscina, room service, cenas románticas en el estanque o disfrutar de la mixología en el bar de la casa principal.
Búsqueda del equilibrio
La Tierra es nuestro hogar y nuestro sustento, un planeta único que deleita a cada instante con perfumes, atardeceres, flores, extraordinarios paisajes y cantos que sólo perciben, aquellos que realmente saben escuchar; quien abre los ojos ante su belleza, también le abre su corazón.
El Pueblo Mágico de Tepoztlán cuenta con tesoros prehispánicos, antiguas tradiciones y leyendas, artesanías y un vasta oferta de propuestas de bienestar, donde el propósito principal, es generar energía positiva y armonizar los chakras. Por supuesto, Amomoxtli, no se podía quedar atrás y hoy en día cuenta con el mejor spa de la comunidad morelense.
A dos años de haber inaugurado el área nueva de tratamientos, Amomoxtli Spa se compone de cinco cabinas dobles donde se realizan los servicios de bienestar, así como ceremonias, baños, limpias, clases de yoga y artes energéticas que envuelven al visitante en la mística del lugar.
El menú que ofrece más de 25 tratamientos fue diseñado por la directora del spa bajo la intención de recuperar las raíces mexicanas por medio de la medicina antigua que se practica por medio de distintas terapias sensoriales.
Durante el alojamiento en Amomoxtli es común escuchar el sonido de un caracol trompeta, un instrumento de cerámica prehispánico que evoca bienestar y anuncia el inicio de cada tratamiento y, a través de su sinfonía, se percibe una resonancia de energía en el viento.
El tratamiento insignia del spa es el Baño Mayahuel, un servicio en pareja de 45 minutos, impartido al aire libre donde el pulque es el protagonista; un elixir hidratante que ajusta el ciclo del sueño. Al finalizar la ducha, se unta un gel de sábila que aromatiza y suaviza la piel, cuya textura se percibe por varias horas.
Como es de esperarse, la experiencia de cada persona es única, pero en Amomoxtli Spa se imparten terapias únicas como la tronada de empacho, técnica de curación antigua por las abuelas mexicanas, y proviene de la cosmovisión de las culturas indígenas.
Meditación absoluta
Aparte de las áreas húmedas —jacuzzi de hidromasaje y vapor— el temazcal siempre es una excelente opción para estar en contacto con la Madre Naturaleza, es una gran tradición prehispánica, que alivia y sana a nivel espiritual y mental. Para las personas que opten por algo menos caluroso, Ritual Copali, es el ideal.
Durante 2.5 horas, el huésped se verá inmerso en una experiencia a través de envolturas maceradas de arcilla y hierbas. Durante el procedimiento se emplea musicoterapia y baños de copal, se prosigue con un facial y se finaliza con un delicioso masaje con aceite a base de hierbas locales.
Durante los tratamientos, también se unta en el cuerpo, un bálsamo a base de aceite de coco, de girasol y mantequilla de karité, es súper hidratante y se mezcla con los aceites esenciales y plantas como romero, lavanda o copal, aparte de hidratar la piel, deja un aroma espectacular y suavidad por varias horas.
Para complementar la estadía de bienestar, aunado a las clases matutinas de yoga y de meditación, “Viajes con aromas bajo la Aurocaria”, es una actividad que induce a los brazos de Morfeo a cada uno que se aventura a acostarse sobre un mat de yoga, para desprenderse de la agitación diaria; escuchar los pájaros y los instrumentos como tambores panhuehue , observar la variedad de plantas y permitir que la desconexión haga su trabajo y relaje mente y cuerpo.